
Alergia, intolerancia y toxiinfección alimentaria ¿Conoces las diferencias?
Las reacciones adversas a la ingesta de alimentos son frecuentes, pero no todas las reacciones adversas tienen la misma causa. Las más comunes son: alergia, intolerancia o intoxicación. ¿Quieres saber en qué se diferencian?
Nos lo cuenta el Dr. Francesc Casellas Jordá, especialista en aparato digestivo de la Comisión de Nutrición de la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD) y del Hospital Universitario Vall d’Hebron (Barcelona).
En primer lugar, como resumen introductorio, podemos decir que una alergia alimentaria es una reacción adversa mediada por el sistema inmunitario, cuyos síntomas aparecen en los primeros 30 minutos después de comer.
La intolerancia no tiene origen inmunológico, se asocia al consumo de lactosa, fructosa, sorbitol, histamina…
La intoxicación se produce por la ingestión de alimentos contaminados con bacterias patógenas o sus toxinas.
alergia a la comida
Una alergia alimentaria es una reacción adversa (alergia) mediada por el sistema inmunológico que ocurre cuando algunas personas comen ciertos alimentos (alérgenos).
“Las personas alérgicas no nacen alérgicas, se vuelven alérgicas”, explica el Dr. Casellas.
Ante esta reacción alérgica, el cuerpo produce un anticuerpo llamado inmunoglobulina E (IgE) para combatir la proteína alergénica de los alimentos.
Para detectarlo, se realiza una prueba cutánea (llamada prueba intraepidérmica o prueba de punción) o análisis.
Sin embargo, incluso si estas pruebas son positivas, no son suficientes para diagnosticar una alergia, advierten los expertos.
“Tras la ingestión de alimentos sospechosos, estos deben estar acompañados de reacciones clínicas sugestivas de anafilaxia”.
Los síntomas causados por una alergia alimentaria suelen aparecer rápidamente (hasta 30-60 minutos) y pueden ser: cutáneos, digestivos, respiratorios o sistémicos.
Los alimentos causantes de alergia varían según la edad, la zona geográfica y hasta con las costumbres alimentarias de los pacientes.
En lactantes, las causas más frecuentes son la leche y los huevos; en niños más mayores son al pescado, los frutos secos y el marisco; y en adultos, por la ingesta de frutas, frutos secos y marisco.
Intolerancia alimentaria
La intolerancia alimentaria es una reacción adversa que no tiene un origen inmune, sino que se produce por la digestión incompleta o inadecuada de un alimento.
De hecho, puede aparecer por diversas causas (metabólicas o farmacológicas).
“Las intolerancias tienen que ser valoradas por un profesional sanitario, que descartará la existencia de síntomas de alarma (sangre en las deposiciones, pérdida no justificada de peso, etc.) o de una potencial enfermedad subyacente y determinará si los síntomas se deben a otras causas (Síndrome del Intestino Irritable (SII), Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII), enfermedad celíaca, etc.)”, refiere el citado especialista.
Los tipos de intolerancias más frecuentes son:
1.- A la lactosa (azúcar que se encuentra en la leche y sus derivados)
2.- A la fructosa (azúcar muy común en alimentos como la miel o frutas como la manzana, la pera, la ciruela o el dátil).
3.- Al sorbitol (azúcar alcohol que se encuentra de forma natural en frutas como la pera, la manzana, la ciruela, el melocotón, los albaricoques, etc. o se utiliza también como edulcorante en alimentos industrializados);
4.- A la histamina (sustancia que produce nuestro organismo o presente en alimentos como la carne y el pescado)
5.- Y favismo (reacción en forma de anemia aguda tras el consumo de habas).
Ante una intolerancia, desde la FEAD recomiendan adaptar la dieta para evitar los síntomas que provoca la intolerancia alimentaria.
Pero, como normal general, hay que evitar las exclusiones alimentarias sin la guía de un profesional sanitario, así como evitar eliminar innecesariamente alimentos saludables de la dieta.
Toxiinfección alimentaria
A diferencia de las alergias e intolerancias, la toxiinfección alimentaria se produce como consecuencia de la ingesta de un alimento contaminado por gérmenes patógenos o sus toxinas.
Según explica la FEAD, si la enfermedad se debe a la ingesta de alimentos contaminados por bacterias o virus se habla de infección.
Si es por la ingesta de alimentos contaminados por toxinas bacterianas es intoxicación; y si es por la ingesta de parásitos, infestación.
“La manifestación principal de una toxiinfección alimentaria es la diarrea, de aparición aguda y consistencia líquida”, indica el doctor Casellas.
Si la diarrea es lo suficientemente importante, es probable que el paciente sufra de deshidratación, por lo que los expertos recomiendan utilizar la hidratación oral siempre que la situación clínica lo permita y no existan vómitos.
Y, además del tratamiento, la prevención es también clave en las toxiinfecciones alimentarias.