
Alimentación vegetariana y enfermedad cardiovascular puede ir asociada para ese enfermo con algún problema ya establecido cardiovascularmente. Mucho se habla de todos los estudios epidemiológicos realizados en diferentes países, en RRSS, y en definitiva somos la sociedad de la infotoxicación. Estos estudios anteriormente mencionados concluyen que las personas que siguen una dieta vegetariana tienen menor riesgo de padecer cardiopatía isquémica (cuando hay una anomalía) y enfermedad cerebrovascular en relación conlas que siguen una alimentación omnívora. El riesgo entre los vegetarianos es incluso menor que entre los ovolactovegetarianos, en todos los cuales es inversamente proporcional a
los años de seguimiento de la dieta vegetariana. En una revisión sistemática y metaanálisis de ocho estudios prospectivos realizados en adventistas del Séptimo Día, el riesgo de enfermedad coronaria era un 40% menor, y el de enfermedad cerebrovascular, un 29% menor entre los vegetarianos
comparados con los no vegetarianos.
Está demostrado que la dieta influye en la concentración de colesterol sérico y que la elevación de este es un factor de riesgo para la cardiopatía isquémica siempre y cuando entiendo que no hay un problema de formación de colesterol de manera endógena. En comparación con los omnívoros, los OLV y los VE tienen valores de colesterol un 14 y un 35% inferiores, respectivamente.
En los estudios realizados no se encuentran diferencias significativas entre los valores de triglicéridos de vegetarianos y omnívoros, mientras que solo en algunos de ellos aparecen valores más bajos de colesterol unido a lipoproteínas de alta densidad (HDL) en los vegetarianos.
El efecto de las proteínas de la dieta sobre el colesterol sérico es controvertido. Algunos estudios clínicos sugieren que la proteína de soja es hipocolesterolemiante, pero no se llega a determinar si el efecto es debido a la proteína en sí o a otros componentes asociados como las isoflavonas, sustancias fitoquímicas abundantes en los granos de soja.
La ingesta superior de fibra —en concreto, de la soluble— que presentan los vegetarianos podría
contribuir en gran medida a mantener unos valores inferiores de colesterol, ya que, según una amplia revisión sobre el tema, se constata que la ingesta de fibra soluble disminuye en un 10% los valores séricos de colesterol.
La oxidación de las lipoproteínas (βetaoxidación lipídica) séricas es un factor decisivo para el desarrollo de la arteriosclerosis. Además de ingestas más elevadas, las concentraciones plasmáticas de los principales antioxidantes (vitaminas E y C, y β-caroteno) son superiores en los vegetarianos. No hay que olvidar la existencia de sustancias fitoquímicas, ampliamente distribuidas en los alimentos vegetales, que actúan como potentes antioxidantes con demostrado efecto protector cardiovascular, como los flavonoides presentes en las frutas, en las verduras y en el vino tinto (este último no debe ser tomado a la ligera puesto que ya sabeís bien lo que opino de esto).
Debido a su efecto oxidante, los depósitos de hierro del organismo y su ingesta, exclusivamente en forma de hierro hemo, están asociados directamente con la enfermedad cardiovascular. Las bajas reservas de hierro de los vegetarianos y la ingesta casi exclusivamente en forma no hemo junto con un consumo elevado de agentes antioxidantes, podrían inhibir la oxidación de las partículas de colesterol-LDL y, en consecuencia, el riesgo de cardiopatía isquémica existen patrones DASH que son muy utilizados a la misma vez en este tipo de pacientes.
Un número considerable de estudios indican que los valores elevados de homocisteína son un factor de riesgo independiente para la arteriosclerosis. A su vez, las bajas concentraciones de ácido fólico están asociadas con valores elevados de homocisteína, mientras que la administración de folato los
reduce. Aunque no se han llevado a cabo estudios comparativos de las concentraciones de folato y homocisteína entre omnívoros y vegetarianos, la ingesta de folato de estos últimos es considerablemente superior a la de los omnívoros.
La agregación plaquetaria, que desempeña un papel decisivo en la enfermedad cardiovascular, está influida por factores lipídicos de la dieta (quilomicrones). El porcentaje de grasa total de la dieta y de grasa saturada aumenta los valores del factor VII de la coagulación, el cual incrementa a su vez la agregación plaquetaria. Las dietas vegetarianas serían beneficiosas también en este aspecto, ya que son más bajas en grasa total y saturada que las dietas omnívoras.
La baja incidencia de hipertensión entre los vegetarianos, además de la dieta, podría influir en la disminución del riesgo de enfermedad cardiovascular pero no ser concluyente por este motivo. A la hora de establecer qué componente de la dieta vegetariana es responsable del efecto hipotensor, los estudios controlados realizados descartan el papel independiente de grasas, colesterol, proteínas, potasio, magnesio, calcio y sodio.
Se cree que el menor índice glucémico que presentan las dietas vegetarianas, actuando a través de un mecanismo glucosa-insulina simpático-suprarrenal, sería uno de los factores responsables de las cifras tensionales más bajas de sus seguidores pero para sentar catedra con esto hace falta más estudios con lo concluyan.
El conjunto de los cambios en la ingesta de nutrientes (básicamente el aumento de productos de
origen vegetal con potencial efecto hipotensor) sería otro de los factores probablemente implicados en la reducción de la presión arterial en los vegetarianos.
En resumen: No se concluye que ser vegano es ser más sano, que tener un patrón alimentario cercano a lo vegetariano lo mejora frente el anterior, que tampoco concluye que ser omnívoro es patrón, ya que esta muy claro que lo que rodea al sujeto es lo realmente importante. De nada vale que comas apio crudo si el tiempo de sedestación es > al tiempo de actividad. No valdrá de mucho , de hecho se relaciona con sarcopenia.