
¿Qué grandes patologías hay que temer a partir de los 50 y, sobre todo, a partir de los 65 años?
En primer lugar hay que temer las que causan mayor mortalidad, es decir, las enfermedades cardiovasculares. Después de estas, las más temibles son las enfermedades de larga evolución, que a menudo invalidan al enfermo: son principalmente las afecciones osteoarticulares (artrosis, reumatismo) y las enfermedades mentales (las degeneraciones cerebrales).
Cuáles son las enfermedades que afectan principalmente al aparato circulatorio?
Desde 1970, las enfermedades del aparato circulatorio han aumentado en todos los grupos de edad de la población, pero aún más en los mayores de 65 años. La más frecuente es la hipertensión arterial (afecta al 44 % de las personas de esta franja de edad).
Las enfermedades cardiovasculares (angina de pecho, vasculitis, arteriosclerosis, infarto de miocardio) afectan en gran medida a la población de más de 60 años, al igual que las enfermedades venosas y linfáticas. El 30 % de la población de más de 65 años sufre de varices, flebitis y piernas pesadas. Estas últimas afecciones afectan en mayor medida a las mujeres que a los hombres. A partir de los 50, las embolias provocan numerosas víctimas. Forman parte asimismo de la patología vascular y afectan más a los hombres que a las mujeres.
¿Qué otras enfermedades nos amenazan a partir de los 50?
Las enfermedades osteoarticulares, la principal de las cuales es la artrosis. La obesidad resulta también frecuente entre la población mayor de 65 años, así como la diabetes y la hiperuricemia, conocida por provocar episodios de gota. Las afecciones intestinales son las enfermedades digestivas más frecuentes. El estreñimiento afecta a más del 13 % de las personas mayores de 65 años. Otros trastornos frecuentes son las colitis, diarreas y hernias, cuyo índice acumulado afecta al 13 % de esta población. Para completar este siniestro panorama, añadamos que casi la mitad de las mujeres mayores de 65 años sufren insomnio, ansiedad o depresión. Recordemos también los trastornos de la audición, que afectan a uno de cada cuatro varones y a una de cada seis mujeres (véanse las estadísticas del INE). Podemos mostrarnos todavía más sarcásticos: ¡esa lista está lejos de ser exhaustiva! Pero, como siempre, lo peor nunca es seguro.