Los probióticos y prebióticos en la obesidad y las alteraciones del metabolismo. En función de las relaciones establecidas entre la microbiota intestinal, el metabolismo y la inmunidad, el uso de estrategias dietéticas destinadas a modular la composición de la microbiota se ha propuesto como medio para controlar los trastornos metabólicos de forma más eficaz, aunque las relaciones establecidas incluyen bacterias no consideradas clásicamente probióticas.
Los probióticos y prebióticos en la obesidad y las alteraciones del metabolismo en algunos de los ensayos preclínicos y clínicos realizados para demostrar esta hipótesis, basados en la administración de los probióticos y prebióticos más comúnmente comercializados.
Entre los estudios realizados en animales de experimentación podemos destacar uno, publicado recientemente, sobre los efectos de la administración de un simbiótico, constituido por una mezcla de las cepas Lactobacillus rhamnosus y Bifidobacterium lactis e inulina a ratas de diferentes edades sobre péptidos del sistema neuroendocrino.
Este simbiótico aumentó las concentraciones plasmáticas de los dos neuropéptidos implicados en la ingesta. Las de edad avanzada provocó una disminución de la concentración del NPY (neuropeptido Y).La administración de una leche fermentada con Lactobacillus gasseri redujo el tamaño de los adipocitos del tejido adiposo mesentérico y aumentó su número en el tejido adiposo retroperitoneal y mesentérico, y redujo los niveles de leptina en suero, lo que sugiere un efecto en la regulación del crecimiento del tejido adiposo y, posiblemente, en la obesidad.
Productos, que contiene diversas cepas de los géneros Lactobacillus, Bifidobacterium y Streptococcus, mejoró la esteatosis y resistencia a la insulina inducida en ratones por una dieta rica en grasas. El probiótico
también mejoró la depleción de células natural killer (NK) en el hígado; los efectos se relacionaron con su capacidad para atenuar las rutas inflamatorias que implican al TNF-α y la quinasa I-kappa .
Otros estudios también han demostrado efectos positivos de la administración de algunos probióticos en el metabolismo de lipoproteínas y colesterol.
Algunos prebióticos, como los fructooligosacáridos derivados de la inulina, también han ejercido efectos beneficiosos sobre la ingesta y diversos parámetros metabólicos e inmunológicos. En modelos animales, los efectos beneficiosos de la oligofructosa se han vinculado, en parte, a los productos de su fermentación por la microbiota del colón, responsable de la generación de ácidos grasos de cadena corta, como el ácido butírico.
El ácido butírico parece promover la diferenciación de células L en el colon proximal y aumentar así la síntesis de GLP-1, lo que puede favorecer la sensación de saciedad.
La oligofructosa también ha sido capaz de modular otros péptidos gastrointestinales (como el PYY y la grelina), que podrían estar involucrados en el control de la ingesta en animales de experimentación. La administración de este prebiótico a ratones alimentados con una dieta rica en grasas también fue capaz de restaurar los niveles de bifidobacterias intestinales, lo que se correlacionó positivamente con la mejora de la tolerancia a la
glucosa, la secreción de insulina inducida por glucosa y la normalización del tono inflamatorio por reducción de las citocinas proinflamatorias en el plasma y el tejido adiposo.
Con todo lo comentado se demuestran una relación entre la composición de la microbiota intestinal y la obesidad. Los estudios realizados en modelos animales, colonizados selectivamente por determinadas bacterias, así como la aplicación de técnicas de alta resolución (metagenómica, transcriptómica y metabolómica), están permitiendo establecer asociaciones cada vez más específicas entre el metabolismo y la inmunidad y determinados componentes de la microbiota.