El organismo se tiene que proteger de agentes extraños que pueden acceder a él
y producirle infección o enfermedad; por ello existen mecanismos de defensas que
pueden ser de dos tipos: inespecíficos y específicos.
Cuando un agente biológico entra en contacto con un huésped, éste reacciona
poniendo en marcha mecanismos defensivos inespecíficos para evitar infección. En un
posterior contacto con dicho agente el organismo se defiende con mecanismos
específicos.DEFENSAS INESPECÍFICAS: suponen la primera barrera de protección del
organismo. Es de respuesta inmediata, es innata, es decir, se nace con ella y es
inespecífica porque actúa igual ante todos los agentes que penetran en el organismo.
Son:
a) piel y mucosas que forman una barrera externa o protección de superficie: el
pH de la piel, moco del aparato respiratorio y digestivo…..
b) inflamación: que es una respuesta organizada de los tejidos frente a cuerpos
extraños tras una infección o traumatismo.
c)Células fagocitarias como los macrófagos y neutrófilos.
d) Cél NK o cél asesinas naturales.
e) Fiebre.
f) Proteinas antimicrobianas, como el sistema del complemento y el interferón
(inhibe la replicación viral).
DEFENSAS ESPECÍFICAS: es la llamada inmunidad o respuesta inmune. Es
adquirida, pues no se nace con ella, sino que se adquiere tras el contacto con un
agente extraño (Ag), generándose una memoria. Así, tras una nueva agresión por el
mismo agente, se genera una respuesta más rápida, intensa y prolongada que la
primera vez pues lo recuerda.
Es específica ya que no actúa igual frente a diversos agentes extraños y va dirigida a
grupos químicos determinados de los agentes invasores.
Resumiendo: los mecanismos defensivos inespecíficos son innatos (naturales), están
presentes en todos los organismos, y protegen frente al ataque de cualquier agente
patógeno (inespecífico). Es la resistencia que opone el organismo a ser invadido por
primera vez por un agente extraño.
Los mecanismos defensivos específicos aparecen a lo largo de la vida de los individuos
(adquiridos), son específicos y defienden frente a contagios posteriores pues tienen
memoria.